3. HACER SITIO A DIOS EN NUESTRO HOGAR

Puede utilizarse esta versión word para seleccionar y enriquecer algunos aspectos de la celebración
3. Hacer sitio a Dios en nuestro hogar (
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Dios nos visita con frecuencia pero,

muchas veces, nosotros estamos fuera de casa

 

A)    INTRODUCCIÓN

-     Estamos todavía en el núcleo temático II (“Dios, nuestro Padre”) del Catecismo Jesús es el Señor. Después de dedicar el pasado encuentro con los padres a reflexionar sobre Dios y su condición de Padre, queremos celebrar hoy el amor de Dios nuestro Padre. Él quiere estar cerca de nosotros; Él desea formar parte de nuestra familia y compartir nuestras alegrías y tristezas, cansancios e ilusiones. Ojalá le hagamos un sitio y lo acojamos como un Padre bueno.

-     Convendría que los niños viesen en catequesis el tema de la oración de Jesús y el Padrenuestro antes de la celebración. Se corresponde con el tema 16 de Jesús nos quiere (pág. 76-79), de Creo en Jesús (pág. 95-100) y de Queremos ver a Jesús (pág.95-98).

 

Material necesario:

-     Guión para la celebración Hacer sitio a Dios en nuestro hogar.

-     Hoja para los padres Mira que estoy a la puerta llamando: ¿Un diálogo imaginario?+ La visita inesperada

-     Hoja del Padrenuestro con dibujos para entregar a los niños.

-     Viñetas grandes sobre el Padrenuestro.

-     Hoja pequeña con la invitación a participar en la eucaristía.

-     Bolígrafos.

 

Material catequético complementario

-     Nos encontramos con Dios: Celebración del perdón [SM] 120. La Iglesia es nuestra madre 3 (Madrid) 147-148.

 

B)   OBJETIVOS

-     Que todos los que participan en la catequesis parroquial tengan una celebración sobre el núcleo II del Catecismo Jesús es el Señor.

-     Que los niños (y sus familias) descubran que es algo bueno para ellos acoger a Dios en su hogar.

-     Acostumbrarse a rezar en casa el Padrenuestro.

 

C) DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN

- Habrá dos momentos claramente diferenciados: en el primero (de unos 25 minutos) se reunirán por separado los padres y los hijos; en el segundo se juntarán los padres con los hijos y sus catequistas.

 

C.1 MOMENTO SEPARADO DE LOS PADRES Y LOS NIÑOS (unos 25 minutos).

 - Los niños: Reunidos cada uno con su catequista, preparan la hoja con las viñetas del Padrenuestro. Puede dárseles las viñetas desordenadas e invitarles a que las ordenen; el catequista pide a los niños que le expliquen lo que pasa en cada viñeta y dialoga con ellos sobre el contenido del Padrenuestro: ¿a qué se refiere cada petición?

El Padre nuestro es la oración que Jesús nos enseñó para dirigirnos a Dios, nuestro Padre. Es una oración de confianza en la que le expresamos nuestro amor; le pedimos por nuestras necesidades y le prometemos perdonar a los que nos ofenden, esperando que Él nos perdone cuando caigamos en algún error. Le pedimos su ayuda para que no nos permita caer en el mal y ceder ante las tentaciones de hacer cosas que no son buenas.

PETICIÓN

QUÉ SIGNIFICA

QUÉ DESEAMOS

Padre nuestro que estás en el cielo

Llamamos a Dios Padre nuestro porque Él es quien nos da la vida a todos. Consecuentemente todos somos hermanos.

Que todos descubran que Dios nos quiere porque es nuestro Padre.

Santificado sea tu nombre

Dios quiere estar cerca de nosotros y que nosotros reconozcamos su presencia.

Que todos proclamen que Dios es bueno y santo.

Venga a nosotros tu Reino

El Reino que Dios quiere es un reino de paz, amistad, justicia, amor…

Que reine en el mundo su paz, su amor, su justicia.

Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

Le pedimos que hagamos su voluntad, que también es la paz, amor, alegría, generosidad

Que todas las personas hagan lo que le agrada.

Danos hoy nuestro pan de cada día

Le pedimos el alimento para todos, pero también lo necesario para vivir

Que haya para todos: alimento, educación, medicinas…

Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Le pedimos que nos perdone y nos ayude a perdonar

Que perdonemos a los que nos han hecho algo malo.

No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal

Le pedimos que nos ayude a hacer siempre el bien y a vencer al mal y que nos proteja

Que venzamos con su ayuda todo lo que nos aleja de Él.

Amén

Significa: “Así sea”.

Que confiemos en el Padre y vivamos el Padrenuestro

Después de repartirse las distintas partes del Padre nuestro entre los niños, cada niño dibuja una escena inventada en la que exprese gráficamente la parte del Padre nuestro que le ha correspondido.

- Si queda tiempo se puede ensayar la canción “Yo tengo un amigo que me ama”.

 - Los padres: El guía de padres reflexionará con ellos sobre el cuento de La visita inesperada y les invitará a que ellos también realicen la misma dinámica en algún momento con sus hijos en casa.

Otra opción para trabajar con los padres podría consistir en leer y dialogar sobre el texto: Un diálogo imaginario.

LA VISITA INESPERADA

Mira que estoy a la puerta llamando. Si alguien escucha mi llamada y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos (Apocalipsis 3,20)

En un pueblo ni demasiado grande ni muy pequeño, al zapatero le sucedió algo ciertamente curioso. Mientras oraba, recibió una buena noticia de parte de un personaje ciertamente misterioso: “Juan, tu vida es agradable a Dios. Te anuncio que hoy el Señor te visitará”.

El zapatero, lleno de gozo, empezó por barrer y ordenar la tienda, sin dejar de lado el trabajo del día. Al preparar la comida hizo algo más que de costumbre. Incluso se vistió con su mejor jersey. Para el buen zapatero aquel era un día de fiesta.

De repente entró en la tienda una mujer que tenía pésima fama en el pueblo y en los alrededores. El zapatero la recibió y charló con ella, pero pensaba: “Ay de mí, si viene Jesús en este momento y me halla con esta pobre mujer; no le podré recibir como es debido”. Sin embargo, Juan no le metió prisa para que se marchara a su casa.

Al fin quedó solo y seguía trabajando ilusionado, esperando el momento deseado. Su imaginación volaba como nunca en su cabeza y no cesaba de preguntarse: “¿Cómo será Jesús? ¿Quizás como la imagen que preside mi oración, o tal vez se parecerá más al Cristo que se encuentra en la parroquia?

Mientras pensaba todo esto...

 

no se dio cuenta de que habían entrado nuevos visitantes: “¡Buenos días, Juan!” A lo que Juan contestó: “¡Ay qué susto! Pensaba que eras... otra persona! Veo que traes a tu pequeño. Está flaco este chico. Pasad, pasad. Toma una manzana, chaval. Te aprovechará más a ti que a mí”. El pequeño, lleno de alegría, dijo: “Gracias, señor Juan. Mamá, ¡mira; una manzana!” Aquel día tanto el niño como su madre salieron de casa del zapatero con dos pares de zapatos nuevos.

Y mientras el chico y su madre, necesitados de todo –y de amor más que de otra cosa- se alejaban por las calles del pueblo, el zapatero quedaba en su tienda, anhelando la anunciada visita... Pero la visita de Cristo en la jornada del zapatero parecía imposible, pues de nuevo la puerta de la calle se abrió con estruendo y apareció un hombre más lleno de vino que de cordura, que le soltó de improviso: “¿No tienes un vaso de aguardiente, hermano? Hace tres días que sólo bebo vino, así que ahora tengo ganas de agua... ardiente”. Y estalló en carcajadas. El bueno de Juan le dijo: “Ven, ven. Siéntate. Lo que sí tengo es una jarra de agua fresca para que te remoje la cara y comida que nos vamos a repartir. ¡Hala, entra!”. El zapatero compartió su comida con el borracho y los dos hablaron y rieron un buen rato, aunque de distinta manera. El borracho salió de aquella casa con ganas de tomarse la vida con algo más de valor.

Pasaron las horas, llegó el ocaso del sol y Juan no tuvo más visitantes aquel día, y la oscuridad se iba apoderando también de su interior. Llegó la hora...

 

de su oración de la tarde; el zapatero tenía que cerrar la tienda y Dios todavía no se había presentado. Comenzó la oración quejándose apesadumbrado: “Señor, ¿cómo es que no has venido? Yo te esperaba...” Qué gozo tan grande el del zapatero al oír una voz que le decía: “Juan, te he visitado cada vez que alguien ha llamado a tu puerta”.

 

Pistas para utilizar este cuento:

Contar (mejor que leer) este cuento en varias etapas:

-     Primera: Narrar hasta “Mientras pensaba todo esto...” (5º párrafo) y pedirles a los padres que se imaginen lo restante del cuento.

-     Segunda: Continuar la narración del cuento hasta “Llegó la hora...” (7º párrafo) y dialogar de nuevo con los padres sobre lo que hizo Juan con las diversas personas que se presentaron en su tienda: la mujer de mala fama, la madre pobre con su hijo y el borracho. ¿Cómo les ayudó? ¿Cómo se sintieron ellos?

-     Tercera: Acabar el cuento y preguntarles a los padres lo que podemos hacer cada uno de la familia y todos juntos para acoger a Jesús al estilo de Juan, el zapatero.

 

¿UN DIÁLOGO IMAGINARIO?

El Padre llama a mi puerta buscando un hogar para su hijo.

Yo: El alquiler es barato, de verdad.

Padre: No quiero alquilarlo, quiero comprarlo.

Yo: No sé si querré venderlo. Puedes entrar y echarle un vistazo.

Padre: Sí, voy a verlo.

Yo: Te podría dejar una o dos habitaciones.

Padre: Me gusta. Voy a tomar las dos. Quizá decidas algún día darme más. Puedo esperar.

Yo: Me gustaría dejarte más, pero me resulta algo difícil. Necesito cierto espacio para mí.

Padre: Me hago cargo, pero aguardaré. Lo que he visto me gusta.

Yo:Bueno, quizá te pueda dejar otra habitación. En realidad, yo no necesito tanto.

Padre:Gracias. La tomo. Me gusta lo que he visto.

Yo: Me gustaría dejarte toda la casa, pero tengo mis dudas.

Padre: Piénsalo. Yo no te dejaría fuera. Tu casa sería mía y mi hijo viviría en ella. Y tú tendrías más espacio del que has tenido nunca.

Yo: No entiendo lo que me está diciendo.

Padre: Ya lo sé, pero no puedo explicártelo. Tendrás que descubrirlo por tu cuenta. Y esto sólo puede suceder si le dejas a Él toda la casa.

Yo: Un poco arriesgado, ¿no?

Padre: Así es, pero ponme a prueba.

Yo: Me lo pensaré. Me pondré en contacto contigo.

Padre:Puedo esperar. Lo que he visto me gusta.

 

Pistas para dialogar:

-     Subraya lo que más te ha llamado la atención de este diálogo imaginario.

-     ¿Qué destacarías en la actitud del Padre?

-     ¿Cómo se comporta el “yo”?

-     ¿A qué tenemos miedo en nuestra relación con Dios? ¿Qué nos preocupa?

  - En un clima orante puede escucharse la canción “Estoy a la puerta y llamo” del grupo Jesed.

Letra: ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO

Estoy a la puerta y llamo, esperando a que me abras, ábreme que quiero entrar; que estoy a la puerta y llamo.
El corazón que te he dado, es morada que yo anhelo, pero es tan digno y sagrado que estoy a la puerta y llamo.
Si me abres entraré y yo cenaré contigo. Si no me abres seguiré afuera como un mendigo.

Estoy a la puerta y llamo, esperando a que me abras, ábreme que quiero entrar; que estoy a la puerta y llamo.
El corazón que te he dado, es morada que yo anhelo, pero es tan digno y sagrado que estoy a la puerta y llamo.
Si me abres entraré y yo cenaré contigo. Si no me abres seguiré afuera como un mendigo. Llamando ohhh, llamando ohhh, llamando ohhh.

- Si queda tiempo se puede ensayar la canción “Yo tengo un amigo que me ama”.

CELEBRACIÓN CONJUNTA DE PADRES-NIÑOS-CATEQUISTAS-SACERDOTE (unos 30 minutos)

  1. Saludo de quien dirige la celebración
  2. Lectura bíblica

-  Jesús desea entrar en nuestra casa como en la de Zaqueo (Lc 19,1-10). Puede leer una madre o un padre.

Habiendo entrado en Jericó, Jesús atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a una higuera para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: ‘Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa’.

Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: ‘Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador’. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: ‘Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo’.

Jesús le dijo: ‘Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido’”.

Pistas para explicar el texto:

- Jesús desea entrar en nuestra casa. No nos va a forzar (depende de nosotros) pero si que le gustaría mucho. Si Jesús se apareciera y le viéramos con los ojos y tuviéramos la seguridad de que es El, ¿le abrirías?

- No le importa que no seamos la familia ideal o que haya muchas cosas que no funcionan bien entre nosotros. Él quiere estar con nosotros.

- Su presencia quiere ser fuente de salvación (sanación) para todos nosotros. Quiere sacar lo que mejor que hay dentro de cada uno de nosotros.

           

-        Nosotros tenemos que invitarle a nuestro hogar como lo hicieron Marta y María para hablarle, escucharle y atenderle (Lc 10, 38-42). Puede leer uno de los niños.

Yendo con sus discípulos de camino, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: ‘Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude’. Le respondió el Señor: ‘Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte y no se la quitarán’”.

Pistas para el diálogo:

- Marta y María habían experimentado muchas veces que era una gozada que Jesús les hiciera una visita. ¿Tenemos nosotros experiencia de que es bueno que Jesús entre en nuestra vida?

- ¿Qué podemos hacer para tener más presente a Dios en nuestra casa y en nuestra vida en familia? ¿Quizá poner alguna imagen religiosa en el salón de casa o encima de las camas? ¿Rezar alguna oración antes de comer?

- ¿Estamos agobiados –como Marta- por tener que hacer demasiadas cosas a lo largo del día?

 

3.  Cantar (si se ve oportuno puede hacerse con gestos): “Yo tengo un amigo que me ama”.

YO TENGO UN AMIGO QUE ME AMA

Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama. Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Jesús

Y estaremos en su viña trabajando, en la viña del Señor (bis)

Tú tienes un amigo que te ama, te ama, te ama. Tú tienes un amigo que te ama, su nombre es Jesús.

Tenemos un amigo que nos ama, nos ama, nos ama. Tenemos un amigo que nos ama, su nombre es Jesús.

Tenemos una Madre que nos ama, nos ama, nos ama. Tenemos una Madre que nos ama, la Madre de Jesús.

   

 

     4. Gesto: Entrega del Padrenuestro. Una forma sencilla y significativa de tener más presente a Dios en nuestra vida en familia es rezar con frecuencia el Padrenuestro (oración que nos enseñó Jesús para hablar con nuestro Padre Dios).

-     El guía pregunta a los niños: ¿Quién os enseñó el Padrenuestro? ¿Cuándo lo rezáis?

-     Cada grupo de niños muestra y explica algunos de los dibujos sobre el Padrenuestro que prepararon antes de la celebración. Después responden a la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer nosotros para vivir esa parte concreta del Padrenuestro?

-     Cada catequista entrega a cada uno de “sus” niños una hoja con el Padrenuestro, diciéndoles: “N., recibe la oración que Jesús nos enseñó para hablar con nuestro Padre Dios”. El niño contestará: Jesús, enséñanos a rezarlo bien.

-     Cada niño va a donde están su/s padre/s (si faltan se reunirá con su catequista) para decidir algún sencillo compromiso familiar que pueda ayudarles a tener más presente a Dios en su hogar (por ejemplo: rezando el Padrenuestro todos los días en familia: al levantarse, al comer o antes de dormir; mirando cada día un dibujo y esforzándose por vivirlo especialmente ese día).

JESÚS, QUEREMOS TENER MÁS PRESENTE A DIOS EN NUESTRO HOGAR. POR ESO NOS COMPROMETEMOS A...

 

 

                                  

                                                          

Después se firma por el niño y sus padres.

 

5. Rezar juntos (niños, padres, catequistas, guía y sacerdote) el Padrenuestro cogidos de la mano y haciendo círculo.

-     Se puede cantar un estribillo del Padrenuestro: Padre nuestro en ti creemos, Padre nuestro te ofrecemos, Padre nuestro nuestras manos de hermanos.

-  Otra posibilidad: rezar el Padrenuestro haciendo algunos gestos sencillos:

Padre nuestro que está en el cielo (manos y rostro hacia el cielo) santificado sea tu nombre (brazos cruzados con respecto sobre el pecho) venga a nosotros tu reino (brazos estirados hacia abajo, con las palmas de las manos y el rostro mirando al cielo) hágase tú voluntad en la tierra como en el cielo (dándose las manos con los que están a su lado). Danos hoy nuestro pan de cada día (manos juntas y abiertas en actitud de recibir un don) perdona nuestras ofensas (manos en el rostro y rostro inclinado) como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden (se abrazan los compañeros que están al lado) no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal (brazos en cruz). Amén (manos y brazos al cielo).

 

6.  Entregar a cada niño una hoja con la invitación del Padre para participar en la mesa de familia que nos prepara cada domingo: la misa.

Querido amigo: ¿Cómo estás?

Yo muy contento porque te estás preparando para recibir la Primera Comunión. Me gustaría que fuese un día inolvidable para ti y para mi. Eso sólo será posible si nos vamos conociendo y queriendo cada día un poquito más. Por eso, me alegraría mucho que te vayas acostumbrando a participar en la comida de fiesta que yo preparo cada domingo para mis amigos: la misa. ¿Puedo contar contigo y con tu familia? Os espero con ilusión.

Un abrazo fuerte de                   Tu Abba (Papá ) Dios