1. ENCUENTRO: LA ALEGRÍA DE SER CRISTIANOS

El encuentro y la breve celebración en versión word
Es el mismo texto que se ofrece a continuación pero mejor editado (con más dibujos) y sobre todo con la posibilidad de personalizar el tema: seleccionando, quitando, poniendo...
1. La alegría de ser cristiano (word).do
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 Antes de morir, todos deberían saber a dónde van,

de dónde vienen y por qué (Thurber)

 

    A) INTRODUCCIÓN

- En este primer encuentro con los padres, después de una cordial acogida de los presentes y de ofrecer una breve presentación de lo que se pretende realizar durante el curso, se trata de afrontar el núcleo catequético I (“La Iglesia y los cristianos”) del Catecismo Jesús es el Señor de la editorial San Pablo (pág. 8 a 17). Se corresponde con los temas 1 al 3 de Jesús nos quiere (pág. 8-20) y Creo en Jesús de la editorial PPC (pág. 5-22).

- Para que el signo de la cruz en la Celebración sea más significativo conviene que los niños hayan visto ya en catequesis el tema 1.

 

B) OBJETIVOS

 - Que los padres tengan una preparación sobre el núcleo I del Catecismo Jesús es el Señor para que puedan acompañar a sus hijos en estos contenidos.
 

 - Hacer ver a los padres que merece la pena ser cristianos y que valoren su condición de cristianos.

- Que los padres quieran comprometerse a acompañar desde el hogar el caminar catequético de su hijo.

 

C) DESARROLLO DEL ENCUENTRO

1. Acogida de los padres. Saludos. Presentación del sentido de estos encuentros y celebraciones.

- El guía de padres:

  •  da a los padres la enhorabuena por traer a sus hijos a catequesis y haber elegido esta opción entre otras posibles;
  •  les ofrece razones por las que le parece que es acertada esta decisión que han tomado: les ayudará no sólo en la formación y experiencia religiosa de sus hijos, sino también en su crecimiento integral como personas, pues los valores cristianos hacen bien a cualquier persona ya que alimentan la esperanza y dan sentido a la propia vida. Además puede transmitirles el convencimiento de que acercarse a Dios y dejar que Él se acerque puede ser positivo no solo para los niños sino también para revitalizar la vida en familia;
  •  les motiva a participar en estos encuentros que pretenden ser un ámbito de reflexión y diálogo en el que los padres se sientan acogidos y puedan expresar con libertad sus inquietudes, necesidades, logros, esperanzas…;
  •  les anima a perseverar durante estos cursos en el camino emprendido, participando con interés, constancia y responsabilidad en los encuentros de padres, en las celebraciones con los niños, en otras actividades que se organicen y favoreciendo en casa toda la labor catequética.

(El guía debe tener presentes las dificultades que los padres pudieran pensar y/o plantear a la hora de mantener este compromiso de participación: la falta de tiempo, el estrés y el cansancio después de tantas actividades como tienen que realizar, la dificultad para encontrar una utilidad inmediata a las reuniones, el convencimiento de que la catequesis es cosa de niños, la existencia de familias rotas con los padres separados).

  •  Después se les entrega -y se les explica brevemente- una hoja a los padres en la que se exponga: el sentido cristiano de estos años de catequesis de sus hijos, la colaboración que se desea encontrar en los padres, las fechas de los encuentros con padres y de las celebraciones de los padres con sus hijos que se realizarán durante curso y, de una manera muy general, los núcleos temáticos del Catecismo Jesús es el Señor que se van a tratar durante el curso: el hecho de que somos cristianos y tenemos un Dios que nos quiere mucho porque es nuestro Padre (y el Creador de todas las criaturas) y que en Jesús se ha hecho hombre compartiendo todo lo nuestro (alegrías, tristezas, miedos, esperanzas…) hasta dar su vida por amor para que tengamos vida y vida abundante.

Posible contenido de esa hoja que se entrega

Queridos padres: Que la paz y alegría de Jesucristo estén con vosotros.

Bienvenidos a este nuevo curso que comienza. Los sacerdotes y los catequistas de la Parroquia estamos contentos porque un grupo de niños quieren prepararse para recibir a Jesús eucaristía el día de su primera comunión.

Valoramos mucho vuestro interés como padres en esa tarea tan difícil como importante de educar humana y cristianamente a vuestros hijos y el esfuerzo generoso de los catequistas a la hora de colaborar con vosotros en esa labor educativa.

La Primera Comunión de vuestro hijo es el acontecimiento religioso más importante de su vida en estos momentos, encuentro gozoso con Jesucristo al que van a recibir sacramentalmente como alimento y, también, una ocasión única para experimentar gozosamente el paso de Jesús no sólo quienes van a recibir la primera comunión sino también sus familias y amigos;

Por eso, hemos de evitar entre todos que se convierta en un mero compromiso social o una ocasión para el lucimiento; una oportunidad para dar y recibir regalos; una aceptación del consumismo como estilo de vida; el final de la educación cristiana.

Para lograrlo nosotros la Parroquia (catequistas, sacerdotes y comunidad) vamos a esforzarnos por dar lo mejor de nosotros mismos pero somos conscientes de que la tarea más importante la tenéis vosotros: sus padres. Podemos y queremos colaborar con vosotros pero sin vosotros podemos muy poco.

¿QUÉ SERÍA, A NUESTRO JUICIO, FUNDAMENTAL?

1) Esforzarse por crear en casa un clima que ayude a madurar la “semilla” que Dios ha sembrado y desea que crezca en cada niño y en cada familia. ¿Cómo? Favoreciendo algunas actitudes que nos hacen mejores personas: admiración por lo bello y lo sencillo, confianza, escucha, sinceridad, interioridad, gusto por el esfuerzo y la autosuperación, generosidad, perdón, alegría, gratitud, responsabilidad en las pequeñas tareas de casa…

También podéis ayudarle a descubrir a Dios como Padre y Madre, a conocer a Jesús, a aprender a orar y celebrar en la fe: rezando juntos y hablando de Dios con naturalidad y cariño, haciendo presente a Jesús en los buenos y malos momentos de la vida en familia, queriendo que reciba clase de religión en el colegio.

2) Implicarse afectiva y efectivamente en la catequesis parroquial mostrando interés por lo que se hace en catequesis:

* preguntándole por lo que ha hecho, ayudándole en lo que tiene que hacer, dedicando un rato para dialogar sobre lo que viene en el libro de catequesis, proponiéndole otras actividades;

* valorando la catequesis y, por tanto, no dejándola porque no le apetece ir o por otra razón de poca importancia;

* avisando al catequista cuando no puedan venir a cate y preocuparse de que traigan el libro y el material;

* participando en la eucaristía de los domingos si posible en la misa de familias de la Parroquia y si no se puede en donde se esté;

* hablando con cierta frecuencia con la catequista interesándose por su hijo y comunicándole (a la catequista o al sacerdote) cualquier dificultad o problema que pueda surgir;

* participando en los encuentros de padres para compartir inquietudes y crecer como cristianos y en las celebraciones con los niños y catequistas.

ENCUENTRO O

CELEBRACIÓN

FECHA

TEMA

Encuentro 1º y breve celebrac.

x de octubre

La alegría de ser cristianos

Encuentro 2º

x de noviembre

Dios es nuestro Padre

Celebración 2ª

x de diciembre

Hacer sitio a Dios en nuestro hogar

Encuentro 3º

x de enero

Jesucristo, el Hijo de Dios, uno de los nuestros

Celebración 3ª

x de febrero

Acoger a Dios que nos habla

Encuentro 4º

x de marzo

Jesucristo entrega su vida por amor

Celebración 4ª

x de abril

Jesucristo sigue vivo ¡Aleluya!

Celebración 5ª

x de mayo

La Virgen María, madre y modelo

VIVIDA ASÍ LA PRIMERA COMUNIÓN PUEDE SER UNA MAGNÍFICA OCASIÓN PARA REENCONTRARSE CON DIOS, REAVIVAR LA PROPIA FE (TAL VEZ UN POCO DESCUIDADA) Y EXPERIMENTAR EN FAMILIA LA PRESENCIA DE DIOS QUE NOS QUIERE Y RENUEVA.

- Después, con el fin de romper el hielo, puede realizarse (si se considera oportuno) una breve dinámica de presentación. Por ejemplo: cada uno de los participantes puede decir su nombre, alguna de sus aficiones y alguna cualidad que tenga.

2. Exposición testimonial del tema

A tener en cuenta por el guía a la hora de afrontar este apartado:

  •  Es el momento de dirigirnos a los padres no como medio para llegar a los hijos sino para motivarles a ellos. Debemos hacerles ver que el ser cristiano no es una cosa de otros tiempos, sino que en el mundo actual es muy valiosa la presencia de Cristo en nuestras vidas, no como un añadido sino como su fundamento y plenitud.
  •  Hay que partir de la idea de que todos los padres, en mayor o menor medida, tienen algo de fe, por eso traen a sus niños a la catequesis. Por tanto, no se trata de hacer que nazca la fe en ellos sino favorecer que despierte si está dormida, que se reactive si está apagada, que se actualice si está anticuada y que se convierta en estímulo para vivir día a día.
  •  Además hay que estar convencidos de que muchos de los padres valoran positivamente algunos aspectos de la fe cristiana, aunque no sepan expresarlo, reflexionarlo y vivirlo. Desean vivir algunos valores cristianos, admiran la figura de Jesús, pero los agobios de la vida, la pereza y la rutina han hecho que este pensamiento se desdibuje y, en muchos momentos, quede oculto. Por tanto, debemos descubrir y ayudar a que salga a la luz el “padre o madre cristianos” que está dentro. A veces, habrá que ayudarles a hacerse preguntas y ofrecerles pistas de reflexión para encontrar respuestas.

-     El guía comienza esta parte del encuentro diciéndoles a los padres hoy se quiere plantear de alguna manera el primer núcleo catequético que están viendo sus hijos en catequesis: el hecho de que desde nuestro bautismo somos cristianos en la Iglesia.

-     Después, para suscitar un diálogo inicial, el guía puede comentar lo siguiente: “Muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de nacer en una familia cristiana. Sin embargo, ¿nos hemos parado a pensar por qué somos cristianos? ¿Somos cristianos como podríamos ser de otra religión si hubiésemos nacido en otro país?, ¿Lo somos por moda?, ¿por influencia social?, ¿por tradición? ¿Estamos convencidos de que queremos serlo? ¿Sabemos verdaderamente qué significa ser cristiano? ¿Estamos contentos de serlo?

No os asustéis. No pretendo que me respondáis a todas estas preguntas pero si a dos más sencillas:

  •  ¿Qué os sugiere la palabra cristiano?
  •  ¿Qué valoráis del hecho de ser cristianos?

-     Durante unos pocos minutos (pueden ser 5 o 7) los padres compartirán con los demás sus respuestas.

Es importante que el guía ponga atención en lo que dicen quienes intervienen percibiendo además los acentos que ponen y lo que callan. También ha de observar cómo reacciona el resto del grupo a lo que cada uno dice. Es bueno que toda esta información trate de retenerla en su memoria pues le puede ayudar a conocer mejor a los integrantes del grupo.

-     Tras el breve diálogo, se les ofrecerá un sugerente testimonio de vida cristiana de unos padres. A continuación se ofrecen dos testimonios. Se trataría de elegir uno de ellos (u otro que se vea más oportuno) para compartirlo con el grupo de padres.

Testimonio de Fernando y Raquel (Jornada Diocesana Mariana, Burgos, 4/10/2003)

Fue en el cursillo prematrimonial donde empezó a surgir la inquietud de buscar algo más sólido y profundo. Nació una inquietud y a la vez nos ofrecieron la posibilidad de ir dando respuesta a la inquietud creada. Una vez acabado el cursillo nos ofrecieron la posibilidad de seguir profundizando en los temas del cursillo. Parecía una oferta interesante…

Es muy fácil equivocarse y tomar el camino de alguna falsa felicidad. No hemos sido nosotros quienes han elegido este camino, sino que hemos sido elegidos por Él para buscarle y seguirle.

No podemos decir que nuestra vida sea más fácil, sin problemas, idílica. No, no es así, los problemas siguen apareciendo, pero nuestra capacidad de afrontarlos y superarlos es mucho mayor. La fe compromete nuestra vida hasta lo más profundo de ella, y nos obliga a revisar los planteamientos de ésta, desde lo profesional, lo familiar, lo económico.

Antes pasábamos los días lo mejor posible, ahora tenemos esperanza y una gran ayuda para escribir día a día nuestra historia.

Testimonio de Fernando y Teresa. (Otra manera de vivir, 1/6/2012)

Tenemos en la mente y en el corazón una familia que nos ha hecho mucho bien. Pero luego hemos conocido otras. Son familias que no salen en los periódicos, no son noticia, su vida no da para una novela.

Es una familia que vive una sencilla y profunda relación con Dios, una fe que impulsa una vida cotidiana marcada por la libertad y la generosidad.

No necesita tantas cosas como las demás personas, y su talante es más desprendido. Su casa está siempre abierta, se muestran dispuestos a compartir todo lo que tienen y son. Su manera de invitarte es sencilla y acogedora.

A la hora de elegir su ropa, se nota que están menos manejados por las modas, no van a la última, reutilizan y cuidan lo que usan, para que les sirva a otros. Y lo mismo ocurre con sus libros y material escolar, pues los cuidan para compartirlos y así llegar a otros en el mejor estado posible.

No sabes de dónde sacan tiempo, ni cómo lo hacen, pero notas que están despiertos e ilusionados, abiertos y atentos a Dios y a los hermanos. Cubren sus necesidades básicas, pero al desear menos cosas tienen tiempo para “hacer familia” y para comprometerse en la mejora de la sociedad.

Notas su esfuerzo por ayudarse unos a otros a ser mejores y también cómo se dejan ayudar mutuamente. Además se muestran el cariño unos a otros. Ya sabemos lo que esto favorece la salud mental, pues muchas familias se quieren, pero no saben decírselo y esto normalmente hace sufrir y mucho.

También las dificultades tratan de compartirlas en la familia, experimentando cómo se fortalece la fe y la madurez de todos y cada uno de ellos. Llegados los momentos fuertes como la enfermedad y la muerte han pedido a Dios que su compañía facilite el vivirlas o les anime a una mayor generosidad, sensibilidad y fortaleza. Les hemos visto llorar pero a la vez decirte que estaban bien.

Su vida discurre sencilla y tranquila, como de uno más, sin titulares, pero contagiando esperanza y alegría, dejando muy buen sabor de boca a su alrededor. 

3. Momento para la reflexión personal

-     Después de escuchar el testimonio, conviene que se deje unos momentos de silencio (pueden ser unos 5 minutos) para releer personalmente y en silencio el testimonio. Puede ayudar escuchar de fondo una música que ayude a la reflexión.

-     Una vez concluidos estos minutos, el guía -si lo ve oportuno- puede comentar o pedir participación a los padres planteando las siguientes u otras preguntas similares:

  •  ¿Qué te ha parecido el testimonio?
  • Señala alguna frase que te haya llamado la atención.
  • ¿Crees que es posible vivir esto hoy?

MATERIALES COMPLEMENTARIOS (para entregar a los padres en una hoja que pueden llevarse para leer y profundizar en casa)

Testimonio elegido

Textos para seguir profundizando:

Ser cristiano

Según el libro de los Hechos de los apóstoles (Hech 11,26) cristiano no es un nombre cualquiera. Hace referencia a Jesucristo. Cristiano es quien cree en Jesús, ha recibido el bautismo y le sigue intentando vivir como Él vivió.

Debemos sentirnos orgullosos de ser cristianos: seguidores y discípulos de Jesús. Somos cristianos no por nuestros méritos, sino porque Dios nos ha elegido. Es un don que Dios nos ha concedido. Aprendemos a ser cristianos: escuchando la Palabra de Dios, celebrando la Eucaristía y amándonos unos a otros.

Los cristianos formamos una familia: la Iglesia. La Iglesia tiene su origen en el mismo Jesucristo. Por medio de ella hemos recibido la fe y entre todos la vamos construyendo día a día a través de los tiempos: “Formáis un edificio construido sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada, se eleva hasta formar un templo santo del Señor, en quien también, vosotros estáis siendo juntamente edificados” (Ef 2,20-22).

La vida de los cristianos. ¿Cómo debe ser nuestra vida como cristianos?

El Libro de los Hechos de los Apóstoles nos explica cómo era la vida de los primeros cristianos: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes, y repartían el precio entre todos, según las necesidades de cada uno. Acudían al templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, repartían el pan por las casas y tomaban el alimento con sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar” (Hech 2,42-47).

Los cristianos tenemos unas señales que nos caracterizan: el amor a Dios como Padre y a los demás como a hermanos; la celebración del día del Señor (el domingo) participando en la eucaristía de la comunidad y en la alabanza a Dios; el amor preferencial a los débiles y necesitados; la alegría de vivir las bienaventuranzas y los mandamientos de Dios y de la Iglesia.

Los cristianos vivimos en medio de nuestro mundo: en nuestra familia, en la sociedad y en la Iglesia. Aparentemente nuestra vida no se distingue de la vida de quienes no son cristianos; pero debemos ser, como nos dice Jesús, con nuestro testimonio y con nuestra oración como “levadura en la masa” (Mt 13,13). En un escrito del siglo II -denominado la Carta a Diogneto- leemos que “los cristianos no se distinguen de las otras personas ni por el país, ni por la lengua, ni por los vestidos. No viven en ciudades exclusivamente para ellos, ni hablan una lengua especial ni llevan una vida aparte; obedeciendo las leyes establecidas; con sus vidas ya superan las leyes porque se guían siempre por el amor y el perdón. Según está escrito, lo que el alma es para el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo”.

Todos somos cristianos. ¿Desde cuándo? Todos hemos sido formados, más o menos en la fe ¿Por quién? Hasta ahora la hemos recibido, pero a partir de aquí debemos transmitirla a nuestros hijos.

¿Cómo podemos transmitir y educar la fe de nuestros hijos? Una de las parábolas que nos enseña a conseguir a transmitir y educar la fe de nuestros hijos es la parábola del sembrador (Mt 13,3-23). El sembrador va depositando la semilla en la tierra, poco a poco, y después la cuida, la cultiva para que pueda dar mucho fruto. Esto es lo que las familias, con la parroquia, intentamos hacer a través de la catequesis.

¿Miedo a ser cristianos?

-     “Me da miedo, Señor, decir que “sí”, porque ¿a dónde me vas a llevar? Me da miedo un “sí” que luego trae muchos “síes”. Me da miedo poner mi mano en la tuya porque… no me la vas a soltar. Me da miedo mirarte a los ojos porque me vas a hipnotizar. Me da miedo lo que me vas a exigir porque eres un Dios muy insistente” (Michel Quoist).

-    “Si te arrestaran por ser cristiano/a, ¿habría suficientes pruebas para condenarte?” (K.E. Kirk).

Oración por las familias

Gracias, Señor, por todas las familias del mundo. Sin ellas no existiría la vida y no podríamos crecer.

Gracias, Señor, por las familias cristianas. Ellas son como pequeñas iglesias que quieren vivir según tu estilo de vida, forman parte de la comunidad parroquial y, juntas, se ayudan para responder a tu llamada.

¡Gracias, Señor, por nuestras familias!

 

BREVE CELEBRACIÓN CON PADRES-NIÑOS-CATEQUISTAS: LA ALEGRÍA DE SER CRISTIANOS

 

A)  INTRODUCCIÓN

-     Esta celebración ha tomado algún elemento de inspiración en la que presenta la Guía Básica del Catecismo Jesús es el Señor del Secretariado de catequesis de la Conferencia Episcopal, página 77, “Dejad que los niños se acerquen a mí”.

-     Esta celebración es conjunta para padres y sus hijos, junto con los catequistas, el guía de padres y a ser posible, el sacerdote. Si no la puede presidir el sacerdote, lo hará el guía o uno de los catequistas.

-     Está pensada para que dure como máximo 20 minutos. Se realizará al finalizar el primer encuentro de padres. Los padres habrán tenido su reunión en una sala y los niños en otra. Para la celebración se juntarán en una de las dos salas o en otro lugar apropiado. No es necesario que sea la capilla.

-     Es importante que presida la sala un rostro de Jesús o una imagen de Jesús.

Material necesario

-      Guión para la celebración La alegría de ser cristianos

-      Una imagen o poster de Jesús (a ser posible sonriendo).

-      El leccionario o una Biblia con el pasaje Mt 13,44.

-      Unos corazones pequeños de cartulina en color rojo.

-      Bolígrafos.

-      El texto de las canciones que se canten.

B)  OBJETIVOS

- Que todos los que participan en la catequesis parroquial tengan una celebración sobre el núcleo I del Catecismo Jesús es el Señor y sientan la alegría de ser cristianos.

- Que todos valoren la señal de la cruz como signo expresivo del amor de Jesús.

 

C)  DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN:

  1. Monición de entrada

¿Qué estamos tratando estos días? Algo muy importante y que nos da mucha alegría: Que somos cristianos y, por tanto, que somos de Jesús. Que Jesús es nuestro gran amigo y que nos ha hecho ser sus seguidores. Por eso, un día fuimos bautizados (y si hay algún niño sin bautizar, “serás bautizado”) y entramos a formar parte de la familia de Jesús, de la Iglesia, y tenemos ya el comienzo de la salvación”.

  1. Canción:

Quien preside invita a todos a ponerse de pie y a cantar una canción en la que manifestemos la alegría de ser cristianos. Puede elegirse una de estas u otra parecida: Juntos cantando la alegría; Alabaré; Estoy alegre, ¿por qué estás alegre?; Yo tengo un gozo en el alma; Yo tengo un amigo que me ama.

JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA

Juntos cantando la alegría de vernos unidos en la fe y el amor. Juntos sintiendo en nuestras vidas la alegre presencia del Señor.

Somos la Iglesia peregrina que Él fundó, somos un pueblo que camina sin cesar, entre cansancios y esperanzas hacia Dios, nuestro amigo Jesús nos llevará.

Hay una fe que nos alumbra con su luz, una esperanza que empapó nuestro esperar. Aunque la noche nos envuelva en su inquietud, nuestro amigo Jesús nos guiará.

Es el Señor: nos acompaña al caminar. Con su ternura a nuestro lado siempre va. Si los peligros nos acechan por doquier nuestro amigo Jesús nos salvará.

ALABARÉ

ALABARÉ, ALABARÉ, ALABARÉ, ALABARÉ, ALABARÉ A MI SEÑOR (2)

Todos unidos, alegres cantamos, gloria y alabanzas al Señor. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu de amor.

Somos tus hijos, Dios Padre eterno, Tú nos has creado por amor. Te adoramos, te bendecimos y todos cantamos en tu honor.

ESTOY ALEGRE

ESTOY ALEGRE. ¿POR QUÉ ESTAS ALEGRE? ESTOY ALEGRE. DIME POR QUÉ. ESTOY ALEGRE. ¿POR QUÉ ESTAS ALEGRE? ESO QUIERO YO SABER.

Voy a contarte, quieres contarme, la razón de estar alegre así. Cristo un día me salvó y también me transformó y por eso alegre estoy.

YO TENGO UN GOZO EN EL ALMA

Yo tengo un gozo en el alma, grande gozo en el alma, grande gozo en el alma y en mi ser. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! Es como un río de agua viva, río de agua viva, río de agua viva en mi ser.

Ama a tu hermano y alaba a tu Señor, ama a tu hermano y alaba a tu Señor, da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él, ama a tu hermano y alaba a tu Señor.

Con alegría, alaba a tu Señor, con alegría, alaba a tu Señor, da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él, con alegría, alaba a tu Señor.

No te avergüences y alaba a tu Señor, no te avergüences y alaba a tu Señor, da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él, no te avergüences y alaba a tu Señor.

YO TENGO UN AMIGO QUE ME AMA

Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama. Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Jesús

Y estaremos en su viña trabajando, en la viña del Señor (bis)

Tú tienes un amigo que te ama, te ama, te ama. Tú tienes un amigo que te ama, su nombre es Jesús.

Tenemos un amigo que nos ama, nos ama, nos ama. Tenemos un amigo que nos ama, su nombre es Jesús.

Tenemos una Madre que nos ama, nos ama, nos ama. Tenemos una Madre que nos ama, la Madre de Jesús.

 

3. Texto bíblico significativo: El tesoro escondido (Mt 13.44)

“El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo; el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo”.

Pistas para explicar el texto:

-     Jesús, con esta parábola, nos quiere decir que hay un tesoro que nos espera gratuitamente. Ese tesoro es Él mismo y su reino.

-     Ese tesoro (Jesús, la fe en Él, el reino de Dios, la vida cristiana…) podemos tenerlo muy cerca y, sin embargo, no descubrirlo ni valorarlo (como le sucedió al propietario del campo).

-     Este curso catequético nos puede servirnos para que todos (padres, niños, catequistas, sacerdotes…) nos demos cuenta de que Jesús es ese gran tesoro capaz de llenarnos de alegría.

4. Símbolo o gesto:

- Se habrán preparado unos corazones pequeños de cartulina roja. En este momento se les entregan a todos los presentes. Simbolizan su corazón. Cada uno escribirá brevemente alguna respuesta a la pregunta: ¿Qué estoy dispuesto a hacer para que Jesús esté alegre?

- A continuación, cada participante pondrá en silencio a los pies de la imagen de Jesús su corazón de cartulina queriendo indicar con ello que quiere alegrarle la vida a Jesús y dejar que nos contagie su alegría.

- Quien preside puede aprovechar este momento, según el tiempo del que se disponga, para remarcar algún contenido fundamental del núcleo I.

Un signo identificativo de los cristianos: la señal de la cruz

-     Un signo muy expresivo de los cristianos es la señal de la cruz. Se concluye esta celebración haciendo la señal de la cruz.

  • Si preside un sacerdote o diácono dará la bendición final imponiendo las manos sobre los presentes y diciendo las palabras de la bendición aaronítica (que tanto le gustaba a san Francisco de Asís): El Señor os bendiga y os guarde,, mientras que cada uno de los bendecidos hará la señal de la cruz en silencio y despacio sobre sí mismo, tal y como se hace al finalizar la misa.
  • Si preside un catequista hace la señal de la cruz con todo el resto del grupo y dice las palabras de la bendición de la siguiente manera: “El Señor nos bendiga y nos guarde, el Señor nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros, el Señor vuelva su rostro hacia nosotros y nos conceda la paz”.

-     Conviene motivar este gesto final con una de las siguientes moniciones:

1) Al entrar a formar parte de la Iglesia, el sacerdote y nuestros padres hicieron sobre nosotros la señal de la cruz con estas palabras: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Cuando hacemos sobre nuestro cuerpo la señal de la cruz estamos afirmando: con la cabeza, creo que Dios es mi Padre; con el corazón, quiero seguir el camino de Jesús; con los brazos, me dejaré guiar por el Espíritu Santo para vivir como hijo de Dios.

Hacemos la señal de la cruz en muchos momentos de nuestra vida: al levantarnos, al iniciar un trabajo, al bendecir la mesa… Las celebraciones de la Iglesia comienzan siempre: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La cruz es una señal muy querida por los cristianos, ya que en ella murió Jesús para salvarnos (Del Catecismo Jesús es el Señor, pag. 17).

2) La señal de la cruz es un signo de amor y una confesión de fe en Jesús que nos amó hasta dar la vida por nosotros. También es un signo de nuestra pertenencia a Cristo y un gesto de acogida en el seno de la familia de los hijos de Dios.

La señal de la cruz no sólo es una marca sobre la piel sino que debe marcar todo un estilo de vida a imitación de Jesús que entregó su vida por nosotros en la cruz. Es también una invitación a estar muy atentos a las cruces de todos los que sufren y a ayudarles a llevar la cruz.

3) (Explicación que ofrece el dibujante Fano)Nos tocamos la cabeza cuando decimos Padre, porque fue el Padre el que pensó todas las cosas,… que las cebras tuvieran rayas y las jirafas manchas,…que el arco iris tuviera siete colores y las montañas altas terminen con nieve...

El Padre se hizo niño y bajo (descendemos los dedos desde la frente a la barriga) al vientre de una mujer, María. Por eso, al decir Hijo nos tocamos la barriga. Y ese Dios Padre que se hace Hijo en una barriga envía su Espíritu. El Espíritu es una fuerza invisible que viene de Dios y nos ayuda a ser mejor y ¿sabéis que es lo primero que toca? El corazón (lado izquierdo.) Podemos hablar con Dios estar con Él siempre... pero el Espíritu también mueve nuestra mano (a la derecha) para dar de comer al hambriento, de beber al sediento, de abrazar al inmigrante...

Canto final:

Cantamos una de las canciones anteriormente citadas.